14 septiembre, 2024

Mujeres marisqueras en la patagonia

Mujeres marisqueras en la Patagonia Argentina

Jazmin de Francesco a punto de sumergirse en las aguas del golfo San Jorge.Sofía Lopez Mañan


LA NACION>Conversaciones de domingo

La pesca artesanal en el sur de nuestro país es un oficio que va a contrapelo de la voracidad del extractivismo. Para las mujeres que fotografió Sofía Lopez Mañan, que cada mañana enfrentan la marea alta, el océano no es solo una fuente de sustento, sino un estilo de vida

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  • 28 de agosto de 2024
  • 00:00
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Martín Lucesole

PARA LA NACION

Una vieira recién cosechada por los pescadores artesanales de Playa Larralde en la Península de Valdés. En otoño, invierno y primavera, las familias se dedican a la recolección de mariscos por buceo, un oficio peligroso y poco valorado, pero que genera un vínculo sustentable con el ambiente, ya que solo se extrae lo que se puede cosechar con las manos.
Una vieira recién cosechada por los pescadores artesanales de Playa Larralde en la Península de Valdés. En otoño, invierno y primavera, las familias se dedican a la recolección de mariscos por buceo, un oficio peligroso y poco valorado, pero que genera un vínculo sustentable con el ambiente, ya que solo se extrae lo que se puede cosechar con las manos.Sofía Lopez Mañan
Eduardo De Francesco cebando mate y Jazmín De Francesco de fondo. Eduardo es un pescador histórico de Playa Larralde, hoy es el capitán del barco. Ya no bucea, pero está atento a todo: no solo a que los buzos, José y su hija Jazmín, una de las pocas mujeres en este tipo de trabajo, alcancen lo que encuentran, sino también a que les llegue el oxígeno y que no se acerquen demasiado las ballenas, que curiosas se asoman a ver lo que pasa.
Eduardo De Francesco cebando mate y Jazmín De Francesco de fondo. Eduardo es un pescador histórico de Playa Larralde, hoy es el capitán del barco. Ya no bucea, pero está atento a todo: no solo a que los buzos, José y su hija Jazmín, una de las pocas mujeres en este tipo de trabajo, alcancen lo que encuentran, sino también a que les llegue el oxígeno y que no se acerquen demasiado las ballenas, que curiosas se asoman a ver lo que pasa.Sofía Lopez Mañan
En otoño, invierno y primavera, los pescadores de Playa Larralde se dedican a la recolección de mariscos por buceo.
En otoño, invierno y primavera, los pescadores de Playa Larralde se dedican a la recolección de mariscos por buceo.Sofía Lopez Mañan
Jazmín De Francesco antes de saltar a recolectar mariscos. El buceo es una actividad peligrosa, bucean con compresor durante 2 o 3 horas a una profundidad de entre 15 y 20 metros. A pesar de esto, ellos, después de tantas décadas en el oficio, consideran entender cuál es el límite al que se exponen.
Jazmín De Francesco antes de saltar a recolectar mariscos. El buceo es una actividad peligrosa, bucean con compresor durante 2 o 3 horas a una profundidad de entre 15 y 20 metros. A pesar de esto, ellos, después de tantas décadas en el oficio, consideran entender cuál es el límite al que se exponen.Sofía Lopez Mañan
Los pescadores artesanales a diario sobreviven y persisten en un oficio que no da dólares. En agosto, la cholga está en la vidriera submarina. Para ir en su búsqueda, a diario, los pescadores se sumergen en las aguas profundas y la recolectan como si arrancaran la hierba de una pradera submarina.
Los pescadores artesanales a diario sobreviven y persisten en un oficio que no da dólares. En agosto, la cholga está en la vidriera submarina. Para ir en su búsqueda, a diario, los pescadores se sumergen en las aguas profundas y la recolectan como si arrancaran la hierba de una pradera submarina.Sofía Lopez Mañan
Península Valdés es un santuario de biodiversidad marina. Cada año, bandadas de pingüinos de Magallanes, grandes grupos de lobos marinos y ballenas francas australes llegan a estas aguas tranquilas para dar a luz. Muchas ballenas han encontrado su final en estas tierras, y sus enormes huesos descansan en Playa Larralde; acumulados al lado de una casa o a veces usados como postes o para marcar el inicio de nuevos terrenos.
Península Valdés es un santuario de biodiversidad marina. Cada año, bandadas de pingüinos de Magallanes, grandes grupos de lobos marinos y ballenas francas australes llegan a estas aguas tranquilas para dar a luz. Muchas ballenas han encontrado su final en estas tierras, y sus enormes huesos descansan en Playa Larralde; acumulados al lado de una casa o a veces usados como postes o para marcar el inicio de nuevos terrenos.Sofía Lopez Mañan
Anahí De Francesco cuida meticulosamente las vieiras recién cosechadas en su casa en Playa Larralde. Todos los días, si el clima lo permite, ella y su familia salen a recolectar lo que el mar ofrece. A pesar de los riesgos asociados con su trabajo "a mano", la sostenibilidad no se refleja en su valor: se vende a los mismos precios que la pesca industrial. En el fondo, sus hijos, Gautier y Hanna, se preparan para unirse a ella en su expedición hacia el mar.
Anahí De Francesco cuida meticulosamente las vieiras recién cosechadas en su casa en Playa Larralde. Todos los días, si el clima lo permite, ella y su familia salen a recolectar lo que el mar ofrece. A pesar de los riesgos asociados con su trabajo «a mano», la sostenibilidad no se refleja en su valor: se vende a los mismos precios que la pesca industrial. En el fondo, sus hijos, Gautier y Hanna, se preparan para unirse a ella en su expedición hacia el mar.Sofía Lopez Mañan
Solo unas pocas familias con tradición pesquera viven en Playa Larralde. Todos los días, después de pescar, algunas familias se reúnen y comparten el pescado fresco del día. Ese día eran vieiras.
Solo unas pocas familias con tradición pesquera viven en Playa Larralde. Todos los días, después de pescar, algunas familias se reúnen y comparten el pescado fresco del día. Ese día eran vieiras.Sofía Lopez Mañan
Paula Signorelli sosteniendo un pulpo en su hombro. Ana Cinti, investigadora en el Centro Nacional Patagónico, ha pasado incontables días con estos pescadores, conociendo íntimamente sus prácticas, mapas y vidas. "A veces parece que estas tradiciones están desapareciendo, pero tienen un valor inmenso. El conocimiento, la conexión con el entorno, el enfoque colaborativo. Estos trabajos buscan crear mundos alternativos en nuestro contexto actual", dice ella.
Paula Signorelli sosteniendo un pulpo en su hombro. Ana Cinti, investigadora en el Centro Nacional Patagónico, ha pasado incontables días con estos pescadores, conociendo íntimamente sus prácticas, mapas y vidas. «A veces parece que estas tradiciones están desapareciendo, pero tienen un valor inmenso. El conocimiento, la conexión con el entorno, el enfoque colaborativo. Estos trabajos buscan crear mundos alternativos en nuestro contexto actual», dice ella.Sofía Lopez Mañan
 Paula Signorelli busca pulpos en Playa Larralde cuando la marea está baja. Los pescadores artesanales viven según el ritmo de la marea. Cuando la marea está alta, salen a pescar en botes; cuando está baja se dedican a recolectar pulpos. La marea y las fases de la luna les sirven como reloj y guía del tiempo.
Paula Signorelli busca pulpos en Playa Larralde cuando la marea está baja. Los pescadores artesanales viven según el ritmo de la marea. Cuando la marea está alta, salen a pescar en botes; cuando está baja se dedican a recolectar pulpos. La marea y las fases de la luna les sirven como reloj y guía del tiempo.Sofía Lopez Mañan
La aldea de pescadores de Playa Larralde es un cúmulo de casillas a las que se llega luego de atravesar caminos caprichosos de ripio y barro, más allá de Puerto Pirámides. Pequeñas construcciones a los costados de los huesos que desafían el bravo viento.
La aldea de pescadores de Playa Larralde es un cúmulo de casillas a las que se llega luego de atravesar caminos caprichosos de ripio y barro, más allá de Puerto Pirámides. Pequeñas construcciones a los costados de los huesos que desafían el bravo viento.Sofía Lopez Mañan
Jazmín De Francesco pertenece a una larga tradición de pescadores. Desde hace dos años trabaja como buzo en Playa Larralde. Cada día, Jazmín, de 28 años, se sumerge en las aguas para buscar mariscos, motivada tanto por el deseo de estrechar lazos con su padre como por su pasión por el trabajo.
Jazmín De Francesco pertenece a una larga tradición de pescadores. Desde hace dos años trabaja como buzo en Playa Larralde. Cada día, Jazmín, de 28 años, se sumerge en las aguas para buscar mariscos, motivada tanto por el deseo de estrechar lazos con su padre como por su pasión por el trabajo.Sofía Lopez Mañan
Anahí De Francesco es buzo marisquera y se dedica a la pesca artesanal desde pequeña, aprendiendo el oficio de su familia. “Mi padre se inició en la pesca artesanal hace 34 años. Aprendió el oficio y fue dejando este legado en nosotros con mucho amor y responsabilidad”, cuenta ella. “Desde que tengo memoria he estado viviendo de este arte. En la adolescencia comencé a bucear y con el tiempo elegí hacer esto.”
Anahí De Francesco es buzo marisquera y se dedica a la pesca artesanal desde pequeña, aprendiendo el oficio de su familia. “Mi padre se inició en la pesca artesanal hace 34 años. Aprendió el oficio y fue dejando este legado en nosotros con mucho amor y responsabilidad”, cuenta ella. “Desde que tengo memoria he estado viviendo de este arte. En la adolescencia comencé a bucear y con el tiempo elegí hacer esto.”Sofía Lopez Mañan
A medida que la marea se retira en Playa Larralde, en la Península Valdés de Argentina, el joven Gautier De Francesco, que proviene de una larga tradición de pescadores, se adentra entre las algas en busca de pulpos.
A medida que la marea se retira en Playa Larralde, en la Península Valdés de Argentina, el joven Gautier De Francesco, que proviene de una larga tradición de pescadores, se adentra entre las algas en busca de pulpos.Sofía Lopez Mañan
Un guanaco, una de las cuatro especies de camélidos nativos sudamericanos, frente al mar Patagónico.
Un guanaco, una de las cuatro especies de camélidos nativos sudamericanos, frente al mar Patagónico.Sofía Lopez Mañan
La Península Valdés, en la Patagonia Argentina, es un gran reservorio de biodiversidad. Las ballenas francas visitan las aguas calmas de su bahía anualmente para parir y aparearse. La biodiversidad convive con los pescadores artesanales que habitan en Playa Larralde desde hace décadas. Un arte que está en extinción.
La Península Valdés, en la Patagonia Argentina, es un gran reservorio de biodiversidad. Las ballenas francas visitan las aguas calmas de su bahía anualmente para parir y aparearse. La biodiversidad convive con los pescadores artesanales que habitan en Playa Larralde desde hace décadas. Un arte que está en extinción.Sofía Lopez Mañan

Martín Lucesole